¡Por fin!, podemos henchir nuestros pechos de orgullo y proclamar a los cuatro vientos que ¡España es despiporrante, y los investigadores españoles genios!, como ya sucedió en otras épocas y otras especialidades.
Bien es verdad que se nos reconocen logros en el extranjero, pero son mínimos comparados con los paises punteros; son éxitos con cuentagotas. Y nada nos gustaría mas, que poder decir bien alto y muy a menudo que el nuestro es uno de los estados mas socialmente estables, intelectualmente avanzados y personalmente cultos del mundo... perooo no es así. Para que nos vamos a engañar. Aquí en lo único que destacamos es en las competiciones deportivas - y no siempreee - y en todo lo que tenga que ver con el folclore, el mangoneo, las drogas mas o menos legales, y el no dar golpe: en todo eso SI somos los primeros del mundo, con diferencia.
Pero ahora ha llegado el momento de resarcirnos del ostracismo a que nos tenían relegados los grandes. Ahora, señores (y señoras, faltaría más) los investigadores españoles han desarrollado lo que han dado en llamar "ciberguardián"(¡toma ya!), una aplicación informática que sirve para multitud de funciones, algunas de las cuales son de vital importancia para la comunicación y la seguridad a través de les redes sociales. Es un software que ¡extrae!, cual dentista, información de los lugares que visita y los almacena en una base de datos guardándolos para posteriores exámenes y deteciones. Algunos lo llamarían "robot-espia", pero nosotros no lo haremos por respeto a la nación, aunqueee... debemos reconocer... que cotillas los españoles/as lo somos un rato largo, eso si es verdad.
¡Vean, vean! si no, el artículo de Elena Sanz que les presentamos a continuación. Y levánten ese ánimo, hombre. Que ya empezamos a despegar en asuntos de ingeniería telemática.
Atajar fenómenos como el ciberacoso o analizar la propagación de rumores en Internet son los objetivos de Ciberguardian, una aplicación capaz de conectarse a una red social y extraer automáticamente información de las páginas web. "Esta herramienta es capaz de comportarse como una persona que navega por Internet y que cuando encuentra información interesante la almacena en una base de datos y la hace disponible para un análisis posterior", explica Luis López Fernández, profesor de Ingeniería Telemática en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y responsable del proyecto.
Gracias a este análisis se pueden realizar tareas tales como chequear de manera periódica qué nuevos amigos tiene una persona, qué mensajes han ido apareciendo en su cuenta, a qué nuevos eventos ha sido convocada... Pero con un límite: la información que cada usuario hace públicamente disponible de sí mismo. "Se respeta en todo momento la legalidad y los límites de la intimidad que las personas desean imponer sobre su propia información", asegura el investigador.
La tecnología de Ciberguardian se basa en dos componentes modulares. En primer lugar un robot de extracción (o 'crawler') capaz de conectarse a un servidor web, descargar documentos del mismo y construir una representación computerizada de la información que aparece en las páginas HTML que ven los usuarios. Gracias a esta representación, el robot puede recuperar y almacenar textos, imágenes, vídeos o cualquier otro elemento que pueda aparecer en la pantalla de un navegador. El segundo de los componentes es un módulo inteligente que analiza los textos que el robot ha recuperado para determinar, a partir de las palabras que lo forman, si el mensaje asociado contiene información relevante para los objetivos del programa.
De esta forma, si se quiere, por ejemplo, detectar mensajes de acoso o de amenaza, basta con incorporar al sistema un diccionario de palabras que aparezcan con frecuencia en este tipo de mensajes. Además, debido al carácter modular de la aplicación es sencillo integrar librerías de análisis computerizado de lenguaje natural que podrían utilizarse para clasificar los mensajes extraídos o para extraer entidades, opiniones o relaciones entre los mismos.
Además, CiberGuardian puede ser de gran utilidad para ámbitos como la sociología o el marketing. Y es que esta aplicación es capaz de analizar aspectos como quién conoce a quién dentro de una red social de Internet. Es decir, se puede reconstruir la estructura de dicha red y visualizarla mediante un grafo, en el que los nodos son las personas que forman parte de la red y las aristas representan las relaciones entre las mismas (de amistad, de intercambio de mensajes, etc). Cuando este grafo se representa en una estructura de datos, es sencillo analizar aspectos tales como qué roles aparecen en la red, quiénes son los líderes, cómo se propagan la información y los rumores, qué comunidades de interés hay, o de qué maneras evoluciona la estructura de la red ante eventos externos.
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